Contexto
“Crecer” es una palabra que obliga a comparar dos estados para darse cuenta de los cambios. Para un negocio, decir que el mes pasado se creció un 5 % puede resultar alentador pero, ¿cómo le está yendo al sector?
Es decir, no es lo mismo “en un mes crecí un 5 %” que “en un mes crecí 5 % y los vendedores de mi categoría un 15 %”. De aquí sale la verdadera importancia de contextualizar la variable de crecimiento, lo que te va a permitir evaluar el desempeño de tu negocio de una manera precisa.
Estacionalidad
No es de extrañar que las ventas de artículos como accesorios para automóviles o cunas de bebé se mantengan constante a lo largo de todo el año, ya que no hay nada que altere las ventas naturalmente.
Sin embargo, no sucede lo mismo para los juguetes, en donde las ventas se disparan en determinados momentos como el Día del Niño o la Navidad.
Por lo anterior, es fundamental lograr comprender la estacionalidad de un producto para así planificar el año, asegurando el stock en momentos claves y preparar la logística con tiempo suficiente.
Conversiones
La tasa de conversión se obtiene dividiendo la cantidad de ventas sobre la cantidad de visitas recibidas.
¿Su importancia? Que permitirá detectar si hay algún problema que haga que la gente ingrese dispuesta a comprar pero que finalmente no lo haga.
Mientras más grande sea la tasa de conversión, mejor, ya que significa que las visitas se están convirtiendo en ventas. En contraparte, si la tasa es baja, indica que hay un problema que puede deberse a varios motivos, como poco nivel de detalle, mala calidad de respuestas o calidad de fotos, solo por nombrar algunos.
Considerar estos tres indicadores al momento de evaluar el desempeño de tu negocio va a permitirte detectar problemas a tiempo y estar preparado cuando el mercado te exija.